Quienes me conocen saben que suelo acompañar las chaquetas con un pañuelo de bolsillo, normalmente de colores claros y de tacto sedoso.
Quienes me conocen todavía más también saben de mi que tengo una manía muy particular cuando me invitan a una boda en la que tengo cierta confianza con el novio, y es la de regalarle, para el día de la ceremonia, el pañuelo que adornará su chaqueta. Y en este caso, la elección siempre es la misma: pañuelo blanco de seda italiana.
Pues bien, el viernes que viene tengo una boda, y he de decir que es bastante especial para mi, se casa mi hermano.
La cuestión es que esta misma mañana ya he comprado el pañuelo blanco y ya sólo falta que llegue el gran día. Empieza la cuenta atrás.
Jajajaja…tendré que plantearme, entonces, dedicarme a la literatura.
Gracias por tus aportaciones Juan.
Un abrazo.
Me gusta el tono de tu lírica (y el del pañuelo, claro que sí).
saludos y ¡¡sigue así!!
Gracias por halagos Mara, siempre es un placer saber de ti.
Bueno, pues si que es muy especial la ocasión; lo es el novio pero también el hermano del novio. El detalle del pañuelo: exquisito y entrañable … como lo es el propio Borja. BS